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Bifidobacterium y Cáncer de Mama: ¿Puede la Microbiota Ayudar en la Lucha contra el Tumor?

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¿Qué es Bifidobacterium y por qué importa?

Las bifidobacterias son un tipo de bacteria “buena” que vive de forma natural en nuestro intestino. Se han asociado tradicionalmente con una buena salud digestiva, pero los estudios actuales van mucho más allá:

  • contribuyen a regular la inflamación,

  • apoyan al sistema inmunitario,

  • ayudan a degradar sustancias potencialmente tóxicas,

  • y parecen influir en la respuesta del organismo frente a ciertos tumores.

Una parte importante de estas investigaciones estudia cómo determinadas especies de Bifidobacterium pueden modular la respuesta a tratamientos oncológicos, incluidas quimioterapias e inmunoterapias.


Lo que sabemos sobre Bifidobacterium y cáncer de mama


Aunque estamos aún lejos de recomendaciones clínicas firmes, la evidencia preclínica y primeros estudios en pacientes muestran datos prometedores.


1. Cambios en la microbiota según el tipo de paciente

Un hallazgo interesante es que mujeres premenopáusicas con cáncer de mama presentan niveles más bajos de bifidobacterias que mujeres posmenopáusicas. No sabemos todavía si esto es causa, consecuencia o simplemente un marcador, pero sí sugiere que la microbiota podría estar relacionada con el perfil tumoral.


2. Sinergias con la quimioterapia

Algunos estudios muestran que administrar probióticos que incluyen Bifidobacterium junto con fármacos como docetaxel o doxorrubicina puede:

  • reducir efectos metabólicos indeseados (aumento de peso, resistencia a la insulina),

  • modular la inflamación,

  • e incluso potenciar la eficacia del tratamiento en modelos animales.

En modelos experimentales de cáncer de mama triple negativo —uno de los subtipos más agresivos— ciertas cepas como Bifidobacterium infantis 35624 han demostrado aumentar el efecto antitumoral de la quimioterapia y favorecer la apoptosis (muerte celular programada).


3. Regulación del sistema inmunitario

Una parte clave del interés en estas bacterias es su capacidad para equilibrar la respuesta inflamatoria:

  • disminuyendo citoquinas proinflamatorias (como TNF-α o IL-6),

  • y aumentando moléculas antiinflamatorias como IL-10.

Este efecto podría modificar el microambiente tumoral y mejorar la respuesta a determinados tratamientos.


¿Significa esto que tomar probióticos previene o cura el cáncer de mama?

No.La evidencia es esperanzadora pero aún insuficiente para recomendar probióticos como tratamiento oncológico.

Sin embargo, sí podemos afirmar que:

  • una microbiota diversa,

  • una dieta alta en fibra (inulina, oligofructosa, vegetales, legumbres),

  • y hábitos saludables

favorecen la presencia de bifidobacterias y contribuyen a un sistema inmunitario más equilibrado.


¿Y qué hay de la cirugía de mama?

En pacientes que se someten a cirugía de mama —ya sea cirugía oncológica o reconstructiva— mantener una microbiota saludable podría tener beneficios indirectos:

  • mejor regulación del sistema inmunitario,

  • posible reducción de inflamación sistémica,

  • y mejor tolerancia a tratamientos complementarios (quimioterapia, hormonoterapia).

Aunque aún no existe una indicación formal, cada vez más unidades de mama y oncología están interesadas en estudiar el papel de la microbiota como coadyuvante del tratamiento oncológico.


Conclusión: un campo prometedor y en evolución

El papel de Bifidobacterium en el cáncer de mama no es ciencia ficción. Sabemos que:

  • participa en la modulación del sistema inmunitario,

  • puede influir en la respuesta a quimioterapia e inmunoterapia,

  • y podría convertirse en una herramienta complementaria en el tratamiento oncológico del futuro.

Aun así, necesitamos más estudios en humanos para definir qué cepas, en qué dosis y en qué pacientes podrían aportar un beneficio real.

 
 
 

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